Por: Carolina Díaz
En el mes de junio del año 2012, la ahora conductora de televisión, Lady Guillén
fue brutalmente golpeada por su, en ese entonces, conviviente Rony García;
quien le arrancó parte de la ceja de un mordisco, le propinó varios golpes y
estrelló su cabeza fuertemente contra la pared varias veces dejándola al borde
de la muerte. No era la primera vez que García la agredía; sin embargo, este
fatídico suceso desencadenó un nuevo inicio para Lady, pues se atrevió a
denunciar y a liberarse de esa nociva relación. Al igual que esta desafortunada
joven, muchas mujeres del país, que no siempre tienen la valentía de denunciar,
sufren de agresiones y se ven obligadas a vivir con las secuelas de estas. Según
Nieves Rico, el problema más conocido de violencia de género es la que se
produce en el ámbito doméstico y familiar y se manifiesta de forma física, sexual
y psicológica. En las siguientes líneas describiré los perjuicios causados por la
violencia de género en la salud física y mental de las mujeres.
La violencia ejercida de forma física, es decir, cuerpo a cuerpo repercute en distintos ámbitos de la salud de las perjudicadas. Uno de ellos refiere a la salud reproductiva de la mujer violentada. En primer lugar, el contagio de enfermedades de transmisión sexual; pues al ser forzadas a mantener relaciones sexuales, en la mayoría de los casos, no se toman las medidas de prevención de contagio necesarias; lo que, ocasiona un alto índice de víctimas con enfermedades como gonorrea o, en el peor de los casos, enfermedades mortales como el SIDA. En segundo lugar, los abortos espontáneos son muy frecuentes en las niñas víctimas de violaciones; ya que, su organismo, a pesar de ser fértil, es muy débil para albergar y luego parir a un ser. Otro de los ámbitos perjudicados por este tipo de violencia es la integridad física como tal, en otras palabras, todo lo que refiere al resultado de golpes, palizas, etc. Primero, los traumatismos cráneo-encefálicos son muy recurrentes en las perjudicadas, debido a que son producidos por fuertes impactos externos en la cabeza y si no se tratan a tiempo podrían acarrear consecuencias graves como crisis epilépticas o pérdidas del conocimiento. Segundo, también son comunes los las lesiones en la zona perirrectal, como hemorroides o estreñimiento crónico; presentados generalmente en mujeres víctimas de penetración anal violenta.
La violencia de género también deja secuelas en la salud psicológica de las mujeres, las que se pueden expresar como diversas afecciones. Una mujer víctima de constantes humillaciones, agresiones y castigos frecuentes es propensa a desarrollar una serie de afecciones mentales. Entre ellas, una de las más comunes es la depresión que, dependiendo de la gravedad del suceso traumático sufrido, podría ser catalogada hasta como Trastorno Depresivo Mayor y requeriría de terapias y medicación. Otra de las afecciones mentales que las víctimas comúnmente presentan es la ansiedad, debido a que el trastorno de ansiedad es provocado por factores de síntomas crónicos siendo los más prevalentes el trastorno de estrés post traumático y la depresión (Golding, 1999). Las mujeres perjudicadas también presentan deterioro de su salud social, es decir que su forma de relacionarse con las demás personas se ve quebrantada. En primer lugar, se manifiesta al aislarse por completo o parcialmente de la sociedad y/o mantenerse incomunicada, la necesidad de cortar todo vínculo con la sociedad podría ser producto de la depresión generada por el trauma. En segundo lugar, el déficit de confianza en la sociedad; esto se reduce a la dificultad de la afectada para volver a confiar en nuevas personas, ya sea nuevas parejas; pues luego de salir de una relación tormentosa y el miedo generado por esta se necesita de todo un proceso para reponerse, o nuevas amistades; esto debido a que, posiblemente luego del suceso traumático obtuvo reacciones inesperadas, como culpabilizaciones, entre otras, por parte de amigos o familiares.
A partir de lo expuesto anteriormente, se puede concluir que las agresiones físicas, sexuales y psicológicas dejan secuelas en la salud física, sexual, reproductiva, mental y social de las mujeres. Por ello, se requiere de un adecuado diagnóstico y tratamiento para que las víctimas puedan recuperarse y seguir su vida con normalidad.

En esta imagen se puede observar las lesiones físicas sufridas. por Lady Guillén en manos de su ex pareja.